A horas del combate tan esperado entre el campeón de los medianos Sergio Maravilla Martínez y el invicto británico Martin Murray se realizó el pesaje en un hotel del centro porteño y dejaron todo listo para la pelea mundialista.
En la ceremonia que ambos pugilistas pasaron satisfactoriamente, decenas de periodistas y aficionados de todo el mundo se hicieron presentes para vivir la previa de una pelea que promete ser un gran espectáculo en el estadio de Vélez Sarsfield.
Música de rock, juegos de luces, aperitivos y merchandising de todo tipo entretuvieron a los concurrentes, que no dejaban de sorprenderse cuando el famoso presentador estadounidense Michael Buffer anunció a los contendientes.
Murray entró despertando un caluroso recibimiento por parte de los europeos, que no tuvieron reparo en desplegar una bandera inglesa delante de los hinchas argentinos.
El visitante fue más expresivo que nunca desde que arribó al país en su agradecimiento y celebración, luego de marcar 72,400 kilos en la balanza, siendo el límite de la categoría 72,574.
Pero el salón estalló al aparecer el anfitrión, siempre sonriente, con lentes oscuros y la emblemática camiseta 10 del seleccionado argentino de fútbol con la leyenda de Maravilla.
Al ritmo de “Siempre digo lo que pienso”, de Calle 13, el quilmeño saludó a su numerosa hinchada, que cantaba y agitaba un estandarte albiceleste en el que se leía el nombre de su barrio natal, y se plantó cara a cara con el retador.Sin más, Martínez registró un peso de 72,300, saludó a Horacio Cabak, el conductor del acto, y volvió a la privacidad de su concentración sabiéndose en el centro de la escena.
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