Leo Tusam hipnotizó al conductor y lo indujo a un estado de concentración. En una audaz prueba, lo recostó sin camisa en una cama compuesta por más de 200 clavos afilados que –minutos antes- habían perforado papeles y frutas para demostrar su peligrosidad. Listorti entró en trance y –sin saberlo- soportó el peso de una bailarina que se paró encima de su pecho. A pesar de contar con todas las normas de seguridad por si “fallaba”, José María resultó ileso y se sorprendió por el resultado.
Foto: Leandro Montini, Cortesía Ideas del Sur
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